Origen de la festividad del Corpus Christi

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Marta Ayllón
23 May, 2024

Sesenta días después del Domingo de Resurrección, en los meses de mayo o junio las ciudades se preparan para celebrar la festividad del Corpus Christi. Por ello hoy queremos contaros la historia del origen de la festividad del Corpus Christi.

Origen de la festividad del Corpus Christi

La forma en la que las ciudades celebran esta festividad varía dependiendo de la ciudad, e incluso en las mismas ciudades podemos encontrar diferentes formas de celebrar el Día del Cuerpo de Cristo debido a la existencia de diferentes hermandades. Toldos de arpillera se despliegan para brindar sombra y color, mientras que los suelos se cubren con alfombras de múltiples colores, o se cubren con juncia, romero y mastranzo. Las paredes se revisten con gallardetes, banderolas, flámulas o grímpolas, además, podemos disfrutar de numerosos altares. Unos adornos que buscan demostrar el respeto, fervor y entusiasmo de los creyentes hacia Jesús Sacramentado.

Anuncio de la aplicación de Cuaresma Egabrense

La aceptación de la transustanciación del pan en el Cuerpo de Cristo y el vino en su Sangre se remonta al siglo IV, cuando Cirilo de Jerusalén la reconoció en su Catecismo catecumenal. Además, el Concilio de Trento la confirmó como uno de sus cánones fundamentales, siendo un elemento esencial para todo creyente cristiano. Sin embargo, la introducción formal de la fiesta del Corpus Christi en el ámbito católico se debe en gran medida a los esfuerzos de la beata Juliana de Cornillon.

Origen de la festividad del Corpus Christi

Origen de la festividad del Corpus Christi. Custodia de Granada. 

La visión de la Beata Juliana de Cornillon

Juliana de Cornillon, nacida cerca de Lieja, Bélgica, en 1192, quedó huérfana a una temprana edad junto con su hermana Inés. Fueron acogidas por las religiosas del monasterio de Monte Cornillon, un convento dedicado a san Agustín y comprometido con el cuidado de los enfermos, especialmente los leprosos. Para protegerlas del contagio, fueron enviadas a vivir en una finca cercana bajo el cuidado amoroso de la hermana Sapiencia.

La devoción y las visiones de Juliana

A pesar de la pérdida de su hermana, Juliana creció como una joven estudiosa y devota, dedicando muchas horas a la lectura de obras religiosas en la biblioteca del monasterio. Desde los quince o dieciséis años, comenzó a experimentar visiones de una luna dividida por una banda negra, que interpretó como un mensaje sobrenatural relacionado con el año litúrgico y la falta de una festividad dedicada al Santísimo Sacramento.

Los esfuerzos por introducir la fiesta del Corpus Christi

Años más tarde, Juliana ingresó en el monasterio como religiosa, pero su falta de influencia y reconocimiento dificultaron su misión de introducir la fiesta del Corpus Christi. Sin embargo, en 1225 fue elegida superiora y comenzó a compartir su visión con personas cercanas, incluyendo a la beata Eva y a Isabel de Huy, quienes la alentaron en su propósito.

La lucha contra la oposición

Juliana buscó el apoyo del sabio canónigo Juan de Lausana, quien consultó con teólogos prominentes y confirmó la viabilidad de la institución de la fiesta. A pesar de esto, enfrentó una feroz oposición, incluso dentro de su propio monasterio, donde fue acusada de falsa visionaria y expulsada por el nuevo prior, Rogelio.

Triunfo y legado

A pesar de las dificultades, Juliana perseveró en su causa. Finalmente, el obispo de Lieja ordenó una investigación sobre el asunto, lo que llevó a la adopción oficial de la fiesta del Corpus Christi por parte de la diócesis en 1242. Sin embargo, la persecución continuó después de la muerte del obispo, obligando a Juliana a abandonar la ciudad.

Juliana pasó sus últimos días en condiciones humildes en Fosses, Francia, donde falleció en 1258. Sin embargo, su legado perduró gracias a la intervención de su amiga Eva, quien logró la institución oficial de la fiesta del Corpus Christi por el Papa Urbano IV en 1264.

La expansión y consolidación de la fiesta del Corpus Christi

La bula de Urbano IV fue confirmada por el Concilio de Viena en 1312, pero la celebración inicialmente se limitó a ciertas regiones de Europa. Sin embargo, el Papa Juan XXII la restableció para toda la Iglesia en 1317, convirtiéndola en un día de precepto en Occidente. Esta festividad, como señala el erudito Vicente Lafuente, busca aumentar el culto al Santísimo Sacramento y purificar las calles y plazas a través de su representación pública.

La celebración del Corpus Christi en España

La celebración del Corpus Christi fue introducida en España durante la primera mitad del siglo XIV. Inicialmente, se llevó a cabo en ciudades como Valencia, Lérida y Barcelona, donde se realizaron las primeras celebraciones públicas. Con el tiempo, la festividad se extendió a otras ciudades importantes como Toledo, Sevilla, Málaga, Jaén y Granada. Esta última, tras la finalización de la Reconquista, esperó hasta finales del siglo XV y principios del XVI para celebrarla, una vez que los Reyes Católicos consolidaron su dominio y promovieron la Fe católica en la región.

Es importante destacar la profunda devoción de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla hacia el Sacramento de la Eucaristía. Esta devoción no solo impulsó la introducción de la fiesta del Corpus Christi en Granada, sino que también se convirtió en un instrumento para la conversión de los musulmanes nazaríes al catolicismo. Los monarcas utilizaron esta celebración para fomentar la fe entre los habitantes de la ciudad recién conquistada y para promover la conversión de aquellos que aún no se habían adherido a la doctrina católica.

Por último, esperamos que os haya resultado interesante la historia del Origen de la festividad del Corpus Christi.

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