El simbolismo de los colores litúrgicos en la misa

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Marta Ayllón
4 Nov, 2025

En la liturgia de la Iglesia católica, los colores litúrgicos juegan un papel fundamental en la expresión visual del misterio cristiano a lo largo del año. Estos colores no son una elección estética o decorativa, sino que tienen un profundo significado simbólico que ayuda a los fieles a situarse espiritualmente en el tiempo litúrgico que se celebra. Cada color refleja el tono de la celebración, ya sea de alegría, penitencia, duelo o esperanza.

¿Qué son los colores litúrgicos?

Los colores litúrgicos son los colores utilizados en las vestimentas de los sacerdotes y ministros durante las celebraciones religiosas. Estos colores están reglamentados por la Iglesia y se asocian a distintas festividades, tiempos litúrgicos y celebraciones específicas del calendario cristiano.

Aunque existen algunas variaciones locales, especialmente en algunas órdenes religiosas o ritos particulares, el uso generalizado de los colores litúrgicos fue consolidado por la Iglesia de Roma en el siglo XII y recogido más adelante en el Misal Romano, donde se establecieron los principales colores que siguen vigentes hasta hoy.

Los principales colores litúrgicos y su significado

A continuación, te presentamos los colores litúrgicos más comunes y su simbolismo en el contexto de la misa:

Blanco

El color blanco simboliza la pureza, la alegría y la gloria. Se utiliza en las celebraciones más importantes del calendario cristiano, como Navidad, Pascua, la fiesta del Señor (que no sea de la Pasión), la Virgen María, los santos que no son mártires, los ángeles, y las solemnidades de todos los santos. También se emplea en sacramentos como el Bautismo, Matrimonio y Ordenación sacerdotal.

El blanco recuerda la luz y la presencia del Resucitado, motivo por el que es el color preferido en las grandes solemnidades.

colores litúrgicos

Colores litúrgicos

Rojo

El rojo evoca el fuego del Espíritu Santo y la sangre del martirio. Se utiliza el Domingo de Ramos, el Viernes Santo, en Pentecostés, en las celebraciones de la Pasión del Señor, y en las fiestas de los apóstoles y mártires. Es un color vibrante, de carácter dramático, que remite tanto al sacrificio como al envío misionero.

El rojo también está presente en algunas celebraciones relacionadas con el Espíritu Santo, como las confirmaciones.

Verde

El color verde simboliza la esperanza cristiana y el crecimiento espiritual. Es el color litúrgico más frecuente, ya que se usa durante el llamado Tiempo Ordinario, es decir, los periodos del año litúrgico que no pertenecen a los grandes tiempos festivos como la Pascua o la Navidad.

El verde es un color que invita a vivir el seguimiento cotidiano de Cristo, en la vida ordinaria, en el compromiso constante con el Evangelio.

Morado

El morado es el color de la penitencia, el recogimiento y la conversión. Se emplea durante la Cuaresma y el Adviento, los tiempos litúrgicos que preparan respectivamente la Pascua y la Navidad. También se utiliza en las Misas de difuntos, indicando el dolor y la esperanza cristiana en la resurrección.

En algunas celebraciones penitenciales, como el Sacramento de la Reconciliación, el sacerdote puede usar ornamentos morados.

Rosa

Aunque poco frecuente, el color rosa se permite dos veces al año: el tercer domingo de Adviento (Gaudete) y el cuarto domingo de Cuaresma (Laetare). En estos momentos, el rosa representa un respiro dentro del camino penitencial, un adelanto del gozo que se aproxima.

Negro

El negro, color del luto y del duelo, puede utilizarse en las Misas de difuntos y el día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre), aunque su uso es hoy minoritario y ha sido sustituido habitualmente por el morado.

Función espiritual y pedagógica

Los colores litúrgicos no solo aportan belleza y orden a la celebración, sino que también tienen una función catequética: ayudan a los fieles a identificar el tono espiritual del momento litúrgico. Así, facilitan la interiorización del mensaje que la Iglesia quiere transmitir durante cada etapa del año.

A través de ellos, el pueblo cristiano puede entrar en mayor sintonía con el misterio de Cristo, adaptando su oración, su actitud y su vida a las celebraciones que va viviendo.

El uso de los colores litúrgicos es una de las formas más visibles en las que la Iglesia católica expresa su espiritualidad y su vivencia del tiempo sagrado. Más allá del simbolismo externo, cada color invita a una actitud interior concreta: alegría, penitencia, esperanza o recogimiento.

Así, el calendario litúrgico, con su ritmo de fiestas y tiempos de preparación, se convierte en un camino de crecimiento espiritual, guiado también por los colores que visten los ministros del altar. Observarlos, comprenderlos y vivirlos es una manera de profundizar en la riqueza de la liturgia y en la belleza de la fe cristiana.

Directora y redactora de Cuaresma Egabrense. MAC fotografía. Ambientóloga y responsable de marketing.

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