Historia de la Hermandad del Cristo de la Sangre
La imagen actual del Cristo de la Sangre procesión por primera vez el Lunes Santo del año 1978, por las calles del antiguo Barrio del Cerro. El desfile fue todo un éxito, por lo que hermandad decidió hacer estación de penitencia también en la noche del Viernes Santo.
Para hablar de la historia de la Hermandad del Cristo de la Sangre tenemos que hacer referencia a la Hermandad de la Vera+Cruz y Remedios. Es frecuente en la historia de la Semana Santa de Cabra el cambio de nombre de los titulares de las cofradías egabrenses. Esto se traduce en que en la actualidad tengamos dos imágenes con el mismo nombre.
La imagen que hoy conocemos como Cristo de la Sangre se denominaba hace unos años Cristo del Perdón, imagen a la que se le rinde culto en la Capilla de la Hermandad de la Oración en el Huerto, en la Iglesia de la Asunción y Ángeles. Pero todavía la Hermandad de la Vera+Cruz y Remedios conserva la imagen del Cristo de la Sangre que se encuentra en una de las capillas de la Iglesia de San Juan Bautista del Cerro. Para comprender mejor esta historia os aconsejamos leer la historia hasta el final.
Origen del Cristo de la Sangre
Como anteriormente hemos comentado la historia del Cristo de la Sangre está ligada a la Archicofradía de la Vera+Cruz y Remedios. Las primeras referencias al Cristo de la Sangre las encontramos entorno al año 1560, cuando el Visitador General de la diócesis ordenó que el crucificado de la Vera+Cruz se colocara en el altar mayor.
En el año 1717 se fundó una nueva capilla para esta imagen en la Iglesia de San Juan de Dios, perteneciendo esta capilla a la familia Cuenca-Romero.
En el año 1883 se reforma la Iglesia de San Juan de Dios por la llegada de las imágenes de Jesús Nazareno, la Virgen de los Dolores y San Juan Evangelista. Para poder ubicar estas se realizó una redistribución y la capilla en la que se encontraba el Cristo de la Sangre se destinó para otro menester.
A finales del siglo XIX el Santísimo Cristo de la Sangre dejó de procesionar, retomándose su salida en el año 1925. En el año 1933 debido a la época convulsa que se comenzó a vivir, el párroco de la Asunción y Ángeles les dijo a los hermanos mayores la necesidad de que las imagenes debían ser retiras del culto y ser llevadas a casas particulares. Esto hizo que la imagen dejara de procesionarse durante un tiempo.
En el año 1969 la comunidad gitana decidió procesionar esta imagen, en esta ocasión bajo la advocación de Cristo de la Vera Cruz, aunque se conocía popularmente como Cristo de los Gitanos. La imagen se encontraba en mal estado, lo que provocó que se dejara de procesionar nuevamente.
Origen moderno de la Hermandad del Cristo de la Sangre
El 25 de febrero de 1977 se creó la sección de Tambores Enlutados del Entierro de Cristo. Casi un año después, el 28 de enero de 1978 la sección de tambores enlutados se constituye como hermandad independiente, tomando el título del Cristo de la Sangre.
El mal estado de la primitiva imagen del Cristo de la Sangre hizo que los hermanos tuvieran que buscar un nuevo titular. La talla elegida por los hermanos fundadores fue la del Cristo del Perdón, un crucificado que se encontraba en una capilla de la Asunción y Ángeles.
Durante los años del 1971 al 1974 se reformó la Iglesia de la Asunción y Ángeles, desapareciendo algunas capillas. En una de esas capillas desaparecidas se encontraba este crucificado que iban a procesionar los fundadores del Cristo de la Sangre.
No existía nombre para la imagen del crucificado, de hecho, la capilla se llamaba Altar del Cristo. Pero tras la fundación de las capillas laterales entrando por la puerta de Capuchinos, la imagen del crucificado recibió el nombre del Cristo del Perdón.
Origen de la talla del crucificado primitivo
En documentos firmados ante notarios se ha encontrado que la primitiva imagen llegó a Cabra en el 1561 por Pedro Pablos, y fue depositada en la Iglesia Mayor de Cabra. La imagen provenía de México, junto a dos ladrones. La estancía de esta iba a ser temporal, pues tenía que ser trasladada a Málaga, pero este traslado nunca se llegó a realizar. Sin embargo, estudios recientes afirman que la talla del crucificado que ha llegado a nuestros días es de un escultor más conteporáneo, probablemente de mediados del siglo XVIII.
Primera salida procesional del Cristo de la Sangre
El Cristo del Perdón que se encontraba en la Iglesia de la Asunción y Ángeles pasó a denominarse Cristo de la Sangre y procesionó por primera vez el Lunes Santo de 1978. Este cambio del nombre se debió a la creación de la Hermandad del Cristo del Perdón en el año 1965. Su primera salida procesional fue como hoy la conocemos, rezando el Vía Crucis por las calles del Barrio del Cerro.
Su primer desfile procesional fue todo un éxito, lo que animó a la hermandad a realizar estación de penitencia dos días a partir de la próxima Semana Santa. De esta manera, en la Semana Santa de Cabra del año 1979 la hermandad realizaba dos salidas procesionales muy diferentes. En la noche del Lunes Santo rezando el Vía Crucis en parihuelas por las calles del Cerro. Y en la tarde noche del Viernes Santo volvía a salir de la Asunción y Ángeles, realizando otro recorrido por el centro de la ciudad de manera exclusiva. Si bien la imagen en este caso iba portada en un trono y en vertical.
En el año 1981 la imagen sufrió un percance, durante el desfile procesional se desprendió un brazo. Este fue anclado de manera provisional para que se pudiera terminar el desfile procesional del Viernes Santo. En el año 1982, el escultor egabrense, Miguel Arjona restauró la imagen. Aseguró el brazo, dió una nueva encarnadura, sustituyó la cruz y el título. Tras un estudio realizado por el escultor. Se demostró que imagen no había sido tallada para ser procesionada, pues las extremidades superiores eran muy débiles.
Fue el Viernes Santo de 1997 cuando el Cristo de la Sangre procesionaba por última vez el Viernes Santo. Pasando a procesionar solo en la noche del Lunes Santo rezando el Vía Crucis. La imagen ha sido restaurada posteriormente en distintas ocasiones para fijar policromía y llevar a cabo otras labores de mantenimiento.
