Historia de la Hermandad de la Virgen de las Angustias
La historia de la Hermandad de la Virgen de las Angustias se remonta al 21 de noviembre de 1697. Ese día llegan a Cabra seis religiosas agustinas con la intención de fundar un convento. Hay una anécdota que acompaña a la llegada de la Virgen de las Angustias. La leyenda cuenta que por aquellos años, nuestra ciudad sufría una grave sequía, y cuando las monjas llegaban a Cabra, comenzó a llover. Esto ha hecho que la imagen sea una de las más veneradas de nuestra ciudad.
No sería hasta el año 1720 cuando se constituyera la cofradía. Hay datos de la existencia de esta hermandad en el año 1860, momento en el que el vicario general de los Servitas concede la patente de congregación Servita. Del siglo XIX es el mando de la Virgen de las Angustias, un manto de cola corta y con un bordado en la zona perimetral, este manto fue realizado en el Convento de las Agustinas. Esta misma congregación fue la encargada del realizar un paño de pureza en raso blanco y con bordados en oro, que la imagen luce solo en contadas ocasiones.
La Vizcondesa de Termens como Hermana Mayor
Desde el siglo XIX hasta la actualidad se han encontrado registros históricos de la existencia de esta hermandad. Desde hace siglos los hermanos de la cofradía han trabajado de manera intensa para aumentar y mantener el patrimonio de la Virgen. Es de destacar una fiesta que se realizó en el año 1921 para sufragar los gastos de la realización de un nuevo manto para la Virgen. Este es un manto de cola, con el escudo de la hermandad que la Virgen viste durante casi todo el año en su capilla.
En el año 1922 se forma la primera junta de gobierno, durante los años anteriores la cofradía había sido responsabilidad del clero. Otro gran cambio para la hermandad supuso cuando la Vizcondesa de Termens fue hermana mayor, ese mismo año se estrenaba el actual trono de la Virgen, tallado en madera, dorado en pan de oro y con estofados, ejecutado por D. Antonio Infantes Reina. En la parte delantera podemos ver el escudo, la hermandad, y en la parte trasera el escudo de la Vizcondesa.
Historia más actual de la Hermandad de la Virgen de las Angustias
Tras la muerte de la Vizcondesa, se hicieron cargo de la hermandad la «Asociación Amigos de Don Juan Valera», pero esto ocurrió durante pocos años. Un sobrino de la Vizcondesa intentó reconducir la hermandad pero no lo consiguió. En el año 1942 se reorganiza la hermandad, pero no sería un camino de rosas esta refundación, ya que tuvieron que hacer frente a algunas desigualdades con los herederos de la Vizcondesa.
La Hermandad de la Virgen de las Angustias tiene la peculiariedad de ser la primera hermandad que introdujo el escapulario en forma de casulla en el hábito de los nazarenos. En un cabildo se acuerda que se haga cargo de la hermandad, el gremio de la sanidad. En el año 1978 un grupo de jóvenes decide hacerse cargo de la hermandad y desvincularse del gremio de la sanidad.
La hermandad fue creciendo y haciendo frente a la adquisición de distintos enseres. En el año 1998 la Cofradía de la Virgen de las Angustias hizo frente a uno de los proyectos más importantes de la hermandad, la creación de la Agrupación Musical Virgen de las Angustias. En sus primeros años iban abriendo el cortejo junto a la cruz de guía, pero en el año 2000 pasaron a acompañar el paso de misterio. Desde hace varios años la Agrupación Musical Virgen de las Angustias de Cabra no acompaña a la Virgen. Otro de los grandes trabajos de la hermandad dió sus frutos en el año 2001, cuando se estrenó su casa de hermandad en la calle Julio Romero.
Titulares de la Hermandad de la Virgen de las Angustias
Nuestra Señora de las Angustias y el Santísimo Cristo Yacente
El grupo escultórico de la Virgen de las Angustias llegó a Cabra en el año 1697, para la fundación del Convento de las RRMM Agustinas.
La imagen de la Virgen tiene ojos grandes, algo entornados, nariz grande y cejas articuladas que se alzan en el entrecejo, un signo de los hermanos Mora. La barbilla redondeada hace que se remarque la expresión de queja y dolor de la cara. La anatomía de la imagen junto a la ejecución del perizoma lo convierten en una obra señera de la escuela granadina.
La cabeza del Cristo Yacente se desploma inánime sobre el hombro derecho, la imagen tiene los ojos entornados, y las cejas hacen el mismo juego que las de la Virgen. La nariz es grande y fuerte, con labios carnosos, dejando ver la dentadura, encontramos el pelo, el bigote y la barba poco trabajados. El Cristo no tiene tallado el brazo izquierdo, lo que hace pensar que esto se realizó así para un mejor acople con la Virgen.
