Este año se cumplen 250 años de la llegada de la Virgen del Mayor Dolor a Cabra. Y la Hermandad ha querido dar a conocer todos los detalles de la diadema de la Virgen del Mayor Dolor de Cabra.
He comenzado este estudio tras la posibilidad de adquirir una nueva diadema para la Imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor, que repose sobre las benditas sientes de la Imagen en la Parroquia de la Asunción y Ángeles de Cabra. Tras ver las diferentes opciones, se ha valorado restaurar una antigua diadema que posee la hermandad. Tras un estudio de la misma se ha descubierto que no hablamos de una pieza común, sino de una pieza de la platería cordobesa del Siglo XVIII de gran valor, única y que hay que valorar como lo que es, una obra de gran valor artístico.
Tras valorar el estado de la diadema, sabíamos de oídas que era una pieza de plata maciza. Observando detenidamente la pieza se observan 3 punzones característicos de la platería del Siglo XVIII. Estos punzones se encuentran en la ráfaga central de la diadema.
Pasamos a documentar estos sellos, y para ello basamos en la anterior imagen. Analizándola de izquierda a derecha indicamos el significado de los tres punzones que contiene nuestra pieza. Estos tres punzones nos van a ser de crucial importancia para poder datar la pieza, y tienen el siguiente significado:
- El primero de los punzones nos va a indicar la procedencia de la pieza.
- La marca central nos indicará el contraste. Esta marca aseguraba al comprador que el material adquirido contaba con la aleación exacta, además de añadir una marca de trazabilidad a los objetos e impedía que el autor pudiese evitar pagar tributos, desplazamientos o saltarse la ley.
- La marca de la derecha nos indica el autor de la pieza.
Esto nos hizo conocer que disponíamos de los 3 sellos para buscar de donde procedía la diadema y datarla en el tiempo. Así que nos pusimos manos a la obra para intentar “descifrar” los punzones.
En primer lugar nos encontramos el punzón que indica la procedencia de la pieza. Sabemos que se trata de Córdoba, ya que el león rampante inscrito en un círculo con orla de radios es el signo de que estamos ante una obra de la platería cordobesa del XVIII.
Posteriormente, averiguamos el punzón que pertenecía al autor de la obra, era Antonio Ruiz.
Encontramos piezas que estaban documentadas, con el mismo punzón, en la Parroquia de
Nuestra Señora de la Asunción de La Rambla.
Antonio Ruiz fue uno de los grandes artífices de la platería del siglo XVIII. Fue aprobado el 1 de
julio de 1759 y su obra ha sido ampliamente estudiada, así como su marca. Su punzón es
.A./RUIZ rectangular con un casetón superior donde está la letra A de la inicial del nombre del
platero entre puntos y en la parte inferior aparece el apellido todo ello en mayúsculas.
Su obra fue muy abundante durante el último tercio del siglo XVIII, y casi todas ellas de estilo
rococó. Tendrá un hijo, que también será platero, y que desarrollará su labor entre el
setecientos y las primeras décadas del ochocientos. La marca de Antonio Ruiz hijo era idéntica
a la de su padre, salvo que cambiaba la “U” por una “V”. Tan sólo al final de su trayectoria
artística tomaría la “U” de su padre. Es por ello, que la marca de contraste va a ser la definitiva
para saber si la pieza es de Antonio Ruiz “el viejo” o de Antonio Ruiz “el mozo”.
Como podemos ver en la imagen anterior, es claramente identificable el cambio de la U y la
falta de los dos puntos a cada lado de la A mayúscula, sin embargo, cabe la posibilidad de la
que pieza hubiese sido realizada en los últimos años de trayectoria del hijo, cuando ya usaba la
U de su padre.
Pasamos a identificar la marca de contraste, que es el último de los punzones que nos quedaba
por localizar (en nuestra pieza el punzón central). Este es el más importante de los tres, ya que
nos ofrece mucha información acerca de la pieza, así como del valor de esta.
Lo primero que podemos extraer de esta marca es el año de realización de la pieza, 1773.
Posteriormente pasamos a identificar la persona que pone su rúbrica en esta marca de
contraste, que se trata de Juan de Luque y Leiva (1733-1782), cuyo nombre completo fue el de
Juan Alonso Calisto Rodríguez de Luque y Leiva, nacido el 13 de octubre de 1733 en la
collación de San Andrés, hijo de Fernando y de María. Estuvo casado con Francisca Madueño
Alvar, hija de otro platero. Fue aprobado como maestro en el arte de la platería el 28 de junio
de 1721. Se desconoce aún la fecha de ingreso en el gremio cordobés, donde tuvo que
disfrutar de un gran prestigio si tenemos en cuenta que el 6 de noviembre de 1772 fue
nombrado “fiel contraste, marcador de plata y tocador de oro” de la ciudad de Córdoba.
Sustituyó en el cargo a Bartolomé de Gálvez y Aranda, con el que probablemente compartió
contrastía a finales del año 1772, y conocemos sus marcas de contraste, con ligerísimas
variantes, en los años sucesivos de 1773 a 1779. En el mes de julio de 1780 fue relevado por
Mateo Martínez Moreno. Durante su vida gozó de una posición económica bastante holgada,
gracias a grandes recursos familiares y a la posesión del título de hidalguía. Murió el 2 de julio
de 1782. Su actividad como veedor tuvo un gran desarrollo, como lo demuestran la gran
cantidad de punzones encontrados del autor, gracias a ellos sabemos que los años que
transcurren entre 1776 y 1778 fueron los de mayor trabajo.
Además he podido encontrar a una pieza que está catalogada en el Museo Nacional de Artes
decorativas (un sonajero de plata), y extraer una foto de la marca, confirmando así totalmente
la similitud.
Esto nos da la información final de que la diadema de Nuestra Señora del Mayor Dolor es una
obra de arte de la platería del siglo XVIII, que fue realizada por el prestigioso platero cordobés
Antonio Ruiz “el viejo” y que fue rubricada por el fiel contraste de la ciudad de Córdoba, en
1773, Juan de Luque y Leiva. Poco a poco la Imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor nos va revelando pequeñas sorpresas en este año de su 250 aniversario de la llegada a la localidad de Cabra.
Francisco Jesús Ramos Madero
